nuestros mártires

ALEJANDRO LABAKA E INES ARANGO

Alejandro Labaka (Obispo Capuchino) e Inés Arango (Misionera Terciaria Capuchina), son misioneros mártires en la Amazonía Ecuatoriana, que nos animan a seguir en misión, defendiendo la vida integralmente y asumiendo los grandes desafíos de las minorías del oriente.

Dejó la mitra en el camino, con el báculo rico

Dejó las botas y los fuertes pantalones

Dejó el breviario y la misa… Dejó todo, para vivir como indígena con los indígenas…

No convirtió, no bautizó a ninguno, ni se lo propuso. Simplemente quiso vivir, aprender… Y de tal forma aprendió que ellos, los de un grupo tribal de Aguarico, le “bautizaron”: es decir, le aceptaron como hijo y hermano de la etnia, obispo “pagano”. Esta fue su mayor “conversión”…. Sólo después, más adelante, pasados los años, podría él también ofrecer su testimonio de persona, su evangelio….


MONSEÑOR LEONIDAS PROAÑO


Su vida estuvo marcada por una actitud profética que supone la denuncia y el anuncio. Por eso escribirá en uno de sus poemas: «Llegar a ser la voz de los humildes, descubrir la injusticia y la maldad, denunciar al injusto y al malvado… es solidaridad.» Y junto con la denuncia el anuncio del Reino que irrumpe como un relámpago en la vida de los hombres y de los pueblos, y, del que tantas veces había sido testigo cuando triunfó la causa de los pobres y de los indígenas.

Monseñor Leonidas trabajó en el CELAM, fue alma de la Conferencia de Medellín, con testimonio y experiencia fue construyendo desde allí toda una Metodología Misionera, que partiendo del proyecto histórico de los indígenas fuera sacando la semilla del Evangelio sin rehuir su incidencia en lo político, pues, pensaba que:

«O bien caminamos en el sentido del Evangelio, sin rehuir su incidencia en lo político, abiertamente, o bien, con el pretexto, con la fórmula de que la Iglesia no se mete en lo político contribuimos políticamente a que este sistema de dominación, de pecado, permanezca y se consolide. Y en ese caso somos traidores del Evangelio ya que el Evangelio es subversivo frente a una sociedad estructurada sobre la injusticia y la muerte».

Mons. Proaño no sólo hizo la opción por la justicia y por los pobres sino que en verdad luchó por la justicia y fue pobre entre los pobres, no sólo habló de formación de comunidades y evangelización liberadora sino que en su praxis pastoral organizó numerosas Comunidades de Base y mediante una Pastoral de Conjunto formó múltiples Ministros laicos, catequistas, misioneros, futuros sacerdotes, dirigentes de organizaciones populares, educadores, administradores, secretarios….

Los pueblos de América Latina han recibido la Palabra y el testimonio del Hombre, Amigo, Pastor, Profeta y servidor del Pueblo Pobre, en esta Iglesia Viva que reconoce en sus angustias y esperanzas el brazo del Señor que continúa actuando para liberar permanentemente a su Pueblo. Por ello seguros estamos que su semilla continuará dando grandes y abundantes frutos en la búsqueda de la conversión y la liberación integral, compromiso que nos involucra a todos en la Iglesia especialmente, pues, como Monseñor Proaño afirmaba:

«Todos somos Iglesia y como hay una Iglesia-Poder desde el punto de vista económico y hay una Iglesia-Poder desde el punto de vista de las alianzas explícitas o tácitas con el poder político, con el poder de los gobiernos… Cuestionamos e interpelamos esta Iglesia y esta sociedad con un inmenso amor y búsqueda de conversión desde el cuestionamiento o interpelación que nace de la vivencia del Evangelio por parte de los pobres de América Latina y de otras partes del mundo. Pensamos que esta Iglesia somos nosotros. Es conmovedor escuchar a los campesinos: «Somos Iglesia».

Creo que es necesario, frente a todo lo que está sucediendo, todo lo que da oportunidad de decir y vivir a los teólogos de la liberación, a los pastores y a los cristianos que estamos metidos ahí con el pueblo que sufre, todo lo que podamos decir, todos nosotros, puede ayudar en un momento dado como testimonio a dar un cambio, un viraje en la vida de la Iglesia y la sociedad».

Su herencia se refleja:

En las Comunidades Eclesiales de Base, es recordado siempre como el gestor de las Comunidades. Su vida es un referente para el trabajo de las comunidades, para profundizar en el conocimiento de Jesucristo encarnado en la realidad de los pobres que forman que las mismas comunidades, para seguir comprometiéndose en las causas que él defendió, así, las Comunidades urbanas han ayudado de manera valiosa en los levantamientos indígenas y en las marchas hacia la Capital con un gesto de solidaridad como lo hubiera hecho el mismo Proaño, pero, esta vez multiplicado por miles…

En el Movimiento Indígena del Ecuador, es levantado como una bandera que lo cobija y como una antorcha que lo alumbra. Su nombre, su ejemplo se conservan vivos en medio del Movimiento Indígena. La opción de lucha no – violenta es una de las muestras palpables de que creen en la práctica que fue la de Proaño. Como él aprendieron a hacer frente al poder con la verdad en la mano, sin armas y confiando en la justicia de sus causas.

En algunos sacerdotes y más poquitos obispos, para algunos sacerdotes la vida de Proaño sigue siendo un referente para vivir en fidelidad la misión encomendada por el Señor. Los sacerdotes que se educan junto con el pueblo y que comparten con él sus penas y sus alegrías nos hacen sentir que él sigue vivo. Obispos, que en el Ecuador sigan el camino trazado por Mons. Proaño son muy poquitos. El Arzobispo emérito de Cuenca que es quien más se le acerca en la línea profética dijo en alguna ocasión: no me pidan tanto, yo no soy Proaño. En el lecho de muerte, Mons. Luna preguntó a Mons. Proaño: «Padre, ¿qué debo hacer para seguir tus enseñanzas?» y Mons. Proaño le contestó: «Todo lo que he vivido y he dicho se encuentra en el Evangelio.» El Obispo de la Iglesia de Sucumbíos tiene una práctica más cercana a lo que fue la línea de trabajo pastoral de Mons. Proaño, desde la misma manera de organizar la Diócesis restituyendo un puesto protagónico a los laicos, no en vano participó Monseñor en varias asambleas de evaluación y planificación de esta Iglesia que se guía por la Constitución «Gozo y esperanza» del Concilio Vaticano II. El Obispo de Sucumbíos y los miembros de su Iglesia están presentes a todo el dolor que sufre el pueblo sobre todo ahora con la vivencia del Plan Colombia, y allí tratan de sembrar esperanza para mantener la vida.

En experiencias de educación formal y popular, muchos educadores escarban en Proaño el método más adecuado para realizar su tarea educativa. Otros, lo han tomado como patrono, como guía de su quehacer educativo, así, existe un sistema de educación a distancia que tiene el nombre de Mons. Proaño; algunas escuelas y colegios. Y, sobre todo quienes se dedican más a la educación no formal, en medio de organizaciones y comunidades, con grupos de «chicos de la calle» o jóvenes en riesgo buscan en él el método mas adecuado para llegar al corazón de sus destinatarios.

En Misioneros Quichuas y Misioneros Indígenas, a pesar de todos los pesares, aunque algunos en la Iglesia han querido «tapar con cemento a Proaño», a veces, como seguidores clandestinos los Misioneros Indígenas se siguen alimentando de sus recuerdos, de sus escritos, de sus desafíos en la misión de anunciar a Jesucristo encarnado en su cultura.

En las luchas que ha levantado el pueblo contra la miseria, él está siempre presente… en las luchas por los hijos desaparecidos o eliminados por el poder, en las luchas de los jubilados que se debaten en miseria, en los reclamos de quienes han sido estafados por los banqueros corruptos, en las luchas de los afiliados al Seguro Social Campesino ante la pretensión de privatizar el Seguro Social que lo subsidia… En tantas y tantas luchas él está animando con su mensaje.

En las reflexiones de los Teólogos del Tercer Mundo, lo constatamos cuando se reunieron en Quito provenientes de diversos países como el nuestro empobrecido y creyente. Visitaron su tumba y su oración fue conmovedora, un reconocimiento a su amor de predilección por los indígenas, a su compromiso con la verdad y con la justicia. Algunos, como Diego Irarrazábal, recordaban haber trabajado juntos en la Teología India, ese sueño inconcluso que quedó como tarea para los indígenas creyentes y quienes acompañamos su camino.

En el trabajo de la Fundación Pueblo Indio del Ecuador y en el accionar del Centro de Formación de Misioneras Indígenas, por fin, él sigue vivo en medio de nosotros. Estas dos instituciones hermanas que nacieron del último aliento de su vida, tienen como uno de sus objetivos contribuir a mantener vivo su recuerdo no como algo sentimental sino como un compromiso con sus opciones y su amor preferencial «por los más pobres entre los pobres.»

Este compromiso se asienta en la fe cristiana que él vivió dentro de la Iglesia Católica; en la opción por la pobreza y por los pobres, por lo mismo, no caer en ninguna forma de corrupción, ni de aprovechamiento personal de los bienes que nos llegan para mejorar las condiciones de vida de los indígenas; en la fidelidad a la causa de los Pueblos Indígenas, defensa de su cultura, eliminación de toda forma de discriminación y racismo. Ahora que ya no está aprisionado por un cuerpo que limitaba su accionar, su espíritu sigue animando tantas «cosas nuevas» en medio de nuestro pueblo.

Monseñor Proaño en su primera carta en 1954 dirigida a un profesor de Ibarra luego de su consagración como Obispo de Riobamba, describía así su sueño respecto a la situación de los indígenas: «Yo quisiera darles tierra, educación, valoración de sí mismos, cultura, religión….» Esa tarea la comenzó nuestro Fundador en la década de los cincuenta. Esa tarea la seguimos llevando adelante nosotros con la solidaridad y el compromiso de tantos y tantos amigos que como ustedes son sensibles con esta causa y con el destino de los pueblos originarios de mi tierra.

GONZALO LÓPEZ MARAÑÓN

PROVINCIAL DE LOS CARMELITAS DE BURGOS (ESPAÑA))

A Gonzalo, a los carmelitas

y a todos los que aman a Jesús

y entregan su vida a las gentes de Sucumbíos.

¡Profetas! Eso sois, hermanos/as; así os vemos.

Llamados/as, alterados/as, conflictivos/as,

Formados/as por el grito de Teresa:

“Estáse ardiendo el mundo…”.

Habéis hecho un camino misionero

para cantar la dignidad de los pequeños

desde una sinfonía de carismas.

Cuando todo se vuelve un poco oscuro,

cuando hay que aprender a seguir a Jesús en esta hora,

levantamos con vosotros/as la voz de la esperanza,

no queremos esconder la voz por cobardía.

¡Profetas! Siempre dispuestos a una corrección fraterna.

Pero sin visitar, sin acercarse,

sin conocer los latidos misioneros,

¿cómo se puede corregir fraternalmente?

Eso no es corrección, es otra cosa.

Más bien parece corregir lo que molesta,

en vez de ayudar a crecer y a ser testigos.

¡Cuánta luz y verdad nos dan los otros,

siempre que lo hagan con amor, con la dulzura!

Solo el amor limpia los ojos

para decir a los hermanos sus errores.

No sois perfectos/as, eso es claro, lo sabemos,

pero Jesús os ha mirado y escogido,

y vosotros/as le habéis dicho que Sí, que le queréis,

y que queréis a los que Él tanto les quiere.

¡Profetas! ¿Quién os ha puesto tanto fuego en las entrañas?

¿Quién os da la fuerza para anunciar el Evangelio?

¡Cuánto habéis llegado a querer a Sucumbíos!

Os duele la injusticia al desvalido,

os duele ver llorar a Dios en los pequeños.

Habéis luchado por dar voz a los sin voz:

los laicos, las mujeres, los más pobres,

los campesinos, los indígenas, los nadie,

la tierra, los ríos, las culturas.

Un Magnificat nos parece vuestra vida.

¡Cuánta entrega por levantar la gloria de Dios

pisoteada en los desvalidos de todos los poderes!

Y a nosotros nos duelen tantas cosas,

pero queremos seguir confiando con vosotros/as,

abrazando, sin dudar, del Reino los proyectos,

siguiendo a Jesús.

¡Profetas! Que no se compran ni se venden,

ni se rinden ante el halago o el olvido.

Así os hemos visto, año tras año,

concretando búsquedas a la luz de la Palabra.

Con las canciones de las gentes en los labios,

con los dolores de los pobres en los ojos,

con la emoción del Reino en los adentros,

dando posibilidades a la vida,

dignificando a todas las personas,

bebiendo todo de Dios, del que es la Fonte,

bebiendo también de todos los pequeños,

como si fuera el mayor de los tesoros,

aceptando serenamente estos momentos,

como posibilidad también de crecimiento,

sin amarguras que roban del corazón toda la vida.

¡Profetas! ¡Cuánta esperanza le habéis dado a nuestra vida!

¡Cuánto habéis aligerado nuestros pasos

para seguir a Jesús con alegría!

¡Qué bien suena en vosotros/as el carisma!,

el que Teresa y Juan soñaron sorprendidos,

al aire de un Espíritu que es memoria de todos los amores.

Hermanos/as sois, caminando a pie descalzo, como todos,

de carne y hueso, con los límites de todos.

Lo vuestro es buscar el rostro de Dios,

desvelando los rostros de sus hijos;

lo vuestro es denunciar, jugarse el tipo,

alentar proyectos de vida en los poblados,

acompañar procesos del Reino entre los pobres.

¿Hay algo más bello que hacer en esta tierra?

Lo que más gloria da a Dios es que el ser viva.

¿Acaso no vino Jesús a dar vida en plenitud, a manos llenas?

¡Profetas! Seguid contando historias portadoras de sentido,

que la Amazonia tanto necesita.

Seguid dando la vida

al pueblo con que habéis hecho una alianza.

Seguid sembrando con pasión, a manos llenas,

porque sin ella ya no hay futuro ni vida en esta tierra.

Seguid tomando en serio las palabras de la Iglesia,

soñad del Reino los ritmos más hermosos.

Aunque os manchéis de barro los pies por los caminos,

y dejéis la vida sembrada entre los pueblos.

seguid escuchando el susurro de Dios en el silencio,

seguid amando gratuitamente a los que buscan

a tientas el rostro de Jesús, amigo y compañero,

en la querida amazonía ecuatoriana,

tan ignorada a menudo por los grandes.

Y si no os toca ver el final de vuestra siembra,

sabed que el trigo también muere y da la vida.

Y si os cansáis, contad con nuestro recuerdo y cercanía.

¡Profetas! Una hora difícil os sale ahora al paso,

y no es tiempo de lamentos ni revueltas,

es tiempo de creer, de amar y de esperar

en el Dios que no abandona nunca nuestra suerte

y abre caminos insospechados de esperanza.

Hay quien querrá domesticar la profecía, ¡y eso no!

No es tiempo de esconderse en madrigueras.

Hay quien querrá poner mordaza a vuestra voz, ¡y eso no!

¿De qué sirve una religión que no libera?

Místicos de Dios para los pueblos,

con la humanidad de Cristo como ciencia,

reflejos de la alegría del Espíritu,

hermanando en un abrazo tierra y cielo,

evangelio y salud,

buena nueva y promoción humana,

comunidad con todos los dispersos,

dones de Dios para una gran tarea.

¡Qué bien suena la comunidad en esta iglesia!

¡Cuánta participación y compromiso!

¡Cuántos éxodos, también, en noche oscura!

¡Profetas! Poned amor donde no hay amor,

seguid bebiendo de Cristo,

gustad sin miedo la cena que recrea y enamora.

Perdonad mucho, amad más.

Que queremos seguir oyendo vuestros cantos,

y disfrutar de primaveras en otoño.

No os olvidéis de ser felices,

que Dios nunca abandona a sus amigos.

Amad mucho a la Iglesia. ¡Todo es gracia!

Con el ánimo que nos dais os damos ánimo.

Gracias, profetas de Jesús, de su evangelio.

Gracias por ser sus testigos en esta hora nuestra.

Estamos con vosotros y vosotras.

Que os bendiga el Dios de la ternura.

Que os aliente la Madre del Carmelo.

Que os fortalezcan Teresa y Juan,

dos locos de Dios y de los hombres.

Ecos de voces que se oyen en los caminos.

3 respuestas to “nuestros mártires”

  1. Estebitanm 8 May, 2011 a 3:21 pm #

    Es la primera vez que veo un»obispo» que se encuentre desnudo eso es bochornoso para la iglesia ………

    • isamis 8 May, 2011 a 9:21 pm #

      Dejar las comodidades para entregarse a los pobres. Es el camino de la Iglesia. Es la utopía final que alcanzamos en Sucumbios y que ahora quieren destruir. Pero el camino no tiene vuelta.

      • Guismar cueva 18 noviembre, 2012 a 9:24 am #

        A mi me parece muy bien la respuesta de nuestro amigo ISAMIS, no es bochornoso es todo lo contrario debería exaltar ala iglesia de felicidad como un obispo deja la sotana por ir a compartir con sus hermanos huao e incluso a dar la vida por ellos, cuando veremos a un papa entregarse al pobre tal y como lo hicieron estos mártires de nuestra iglesia eh ..!!! saludos desde sucumbios y VIVA ISAMIS

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